DIVERTIDA VIÑETA DE LOS JUICIOS POR VIDEOCONFERENCIA EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE LOS ESTADOS UNIDOS

En estos tiempos tan sometidos a las amenazas y golpes de la enfermedad, de vez en cuando nos encontramos con publicaciones que logran extraer una sonrisa en medio de intervalos de preocupación. No otra cosa ha logrado la divertida viñeta que se ha publicado en los Estados Unidos y donde se refleja de forma humorística una de las medidas adoptadas por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos para hacer frente a la situación provocada por el COVID-19.

En efecto, el Tribunal Supremo, por primera vez en un siglo, ha cerrado sus puertas al público, algo que no ocurría desde 1918, cuando, debido al peligro ocasionado por la denominada “gripe española”, el alto órgano judicial vedó la entrada del público a sus estancias. Mucho ha cambiado el mundo desde entonces, y mucho ha cambiado el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, no sólo en lo relativo a su composición, sino a su propio albergue, dado que hace un siglo aún se ubicaba en la denominada Old Senate Chamber, un pequeño habitáculo en la planta baja del Senado, de la que se mudó en 1935 a su actual sede. Pero también han cambiado las infraestructuras, de ahí que en la actualidad el Tribunal Supremo optó por no paralizar su actividad y realizar las vistas orales de forma no presencial, es decir, a través de videoconferencias.

Es esta última circunstancia, es decir, la realización de una vista oral sin la presencia física de todos los jueces y abogados en una misma sala, la que sirve como base a la espléndida viñeta que sirve de encabezamiento a la presente entrada.

En la misma, aparecen reflejados los nueve jueces del Tribunal, todos ellos (salvo uno) vistiendo sus togas negras, pero en una pose y con unos medios muy diferentes. Así, en el centro, el chief justice John Roberts es dibujado como un telefonista que se esfuerza en aunar todas las líneas a través de un panel de clavijas con las que se unían las conversaciones. Es divertidísimo ver cómo el caricaturista refleja la personalidad de cada juez vinculándolo al modelo de teléfono que utiliza. Así, por ejemplo, Stephen Breyer se sirve de un modelo años treinta, como los que pueden verse en las viejas películas de Bogart y del cine negro. Samuel Alito se sirve del viejo zapatófono que uno vincula inevitablemente a Maxwell Smart, el inimitable Superagente 86. Neil Gorsuch utiliza un pesado móvil propio de mediados de los ochenta, mientras que a su lado Sonia Sotomayor habla a través de un teléfono de color rojo similar al que conocimos todos los nacidos en la década de los setenta. Es evidente la simpatía que el dibujante muestra hacia Ruth Bader Gisburn, a quien la participación vía telefónica en la conferencia no la priva al mismo tiempo de realizar ejercicios físicos.

En fin, que en un desierto de preocupaciones, bueno es encontrar un oasis que permita, levemente, un poco de diversión.

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